Los monumentos de Semana Santa

Por Claro Manuel Fdez.-Caballero Martín-Buitrago

La Semana Santa es el momento litúrgico más importante para el mundo cristiano, durante estos días la Iglesia celebra los misterios de la salvación actuados por Cristo en los últimos momentos de su vida, comenzando por su entrada mesiánica en Jerusalén y culminando con su resurrección gloriosa el Domingo de Pascua.

Antiguo monumento del convneto de La Merced de Herencia
Antiguo monumento del convneto de La Merced de Herencia

Es tal la importancia de esta celebración que la misma sale del templo religioso para recorrer las calles y plazas de las poblaciones católicas. Y lo hace de la mano del propio pueblo, con él se encuentra y con él se hace uno celebrando el triduo de Cristo crucificado, sepultado y resucitado (San Agustín, Carta 55, 14).

Por todo ello la Iglesia remarca la importancia de este tiempo no en recordar con tristeza lo que Cristo padeció, sino entender por qué murió y resucitó. De esta manera la Iglesia católica busca que el creyente viva la Semana Santa poniendo a Dios en el primer lugar y participando en todas las celebraciones propias de este tiempo litúrgico, todo lo cual no impide que las manifestaciones de la religiosidad popular en la Semana Santa tengan su expresión plástica en las procesiones.

Empero, no se puede olvidar que las procesiones, con sus pasos e imágenes, no son la única expresión plástica de la religiosidad que se vive durante estos días, otros, como los denominados monumentos de Semana Santa  también llamados pascuales, forman parte del ideario figurativo de estos días. Curioso es, sin embargo, como a pesar de su importancia tanto religiosa y, en muchos casos también, artística, no suelen ser objeto, quizá por su carácter efímero, de mención o estudio.

Monumento de la iglesia parroquial de Herencia
Monumento de la iglesia parroquial de Herencia

Para los cristianos el Jueves Santo comienza el Triduo Pascual. Este día se recuerda la Última Cena de Jesús; en la misa vespertina la Iglesia conmemora la institución de la Eucaristía, el sacerdocio ministerial y el mandato del amor fraterno.

En este contexto, comenzaron a proliferar la construcción del denominado monumento del Jueves Santo, cuyo origen parece remontarse a las ceremonias paralitúrgicas bajomedievales relacionadas con la Pasión de Cristo. El monumento consiste en la creación de un altar extraordinario que se instalaba en las iglesias durante dicha festividad y cuyo objetivo es la reserva de la hostia consagrada desde el Jueves al Viernes Santo. El sagrario en forma de caja, urna, cofre o arca, constituye siempre el núcleo del monumento, sea cual sea su estructura, y ocupará un lugar principal, axial en su estructura.

Así, los monumentos de Semana Santa alcanzaron su máximo desarrollo durante el barroco, debido a la importancia que otorgó el Concilio de Trento al misterio eucarístico, con el consiguiente auge de las festividades del Jueves Santo y del Corpus Christi.

En Herencia, la primera constancia escrita que tenemos de ellos es de 1912, cuando según narra el periódico El Pueblo Manchego en su edición de 8 de abril de dicho año, una pavesa de una vela cayó sobre la colgadura que formaba la gradería del monumento durante la celebración de la misa de noche. Esto provocó un gran caos y alboroto en el interior del templo parroquial que vio como el fuego se extendía rápidamente hasta que la intervención del organista Julián García, que subió rápidamente 5 de las gradas del monumento, pudo extinguir las llamas.

Monumento de la ermita de San BartolomeSe ha de recordar que los monumentos de Semana Santa, como arquitectura efímera, se construían, y todavía hoy lo siguen haciendo, con materiales maleables y de escasa consistencia —maderas, estopa, telas, cartón, papeles, escayola, etc. —.

En la actualidad, hasta cinco son las construcciones, mitad efímeras, mitad temporales, creadas en el interior de sendos edificios religiosos de la localidad. Tres de ellos  en las ermitas que sacan pasos en Semana Santa, a saber, la del Cristo de la Misericordia, San Bartolomé, y “La Labradora”, los otros dos, los de mayor importancia por ser solo en estos donde se produce la reserva de la Sagrada Forma, en las iglesias de la Inmaculada Concepción y de La Merced. Estos monumentos se montan en Herencia la noche del Miércoles al Jueves Santo y la costumbre es que ese encuentre abiertos durante la noche del jueves al viernes siendo conducta habitual, en el caso de nuestra localidad, la de recorrer los monumentos después de la celebración de los oficios de la tarde.

Los monumentos, reducto que durante un breve lapso temporal busca custodiar la forma consagrada, pretenden causar el mayor efecto y despertar la admiración de los fieles. Como señalan José Ignacio Calvo y Juan Carlos Lozano en su estudio sobre los monumentos de Semana Santa en Aragón, el sentido original de estas construcciones era el de proyectar la institución del sacramento y concentrar la devoción de los creyentes hasta la conmemoración de la Muerte del Señor, pero desde la Edad Media y durante toda la Edad Moderna ese significado primigenio se enriqueció —o adulteró— con el de evocación o metáfora del Santo Sepulcro, hasta el punto que los asuntos vinculados con la Muerte y Resurrección de Cristo se convirtieron en predominantes en los programas iconográficos.

Monumento de la iglesia convnetualEn este orden de cosas, es normal encontrar monumentos de muy diverso tipo, desde más sencillos a los más recargados, pero que siempre situados y dispuestos de una manera noble, destacada, convenientemente adornada y apropiada para la oración. En ellos son habituales, como ya se señaló, el uso de colgaduras de tela para enmarcar, adornar y dignificar el conjunto, luminarias (de diferente tipo: cera, aceite, etc.) para crear un ambiente proclive a la oración y la vigilia nocturna, pero también en algunos casos para remarcar y jerarquizar visualmente ciertos espacios. Junto a estos elementos, otros, como los florales, suelen jugar un papel principal en la composición general de los mismos. También es bastante común en el caso de Herencia, cuando menos en los últimos años, el incluir imágenes escultóricas dentro del conjunto, así como otros elementos, detalles y símbolos alusivos a la Pasión de Cristo, pero siempre todo ello con la intención de reforzar la exposición triunfal de la Sagrada Eucaristía.

El monumento se circunscribe así, a los días álgidos de la Semana Santa, razón por la que el resto del año es desmantelado y guardado en alguna dependencia, siendo construido o realizado uno nuevo cada año que si bien utiliza muchos de los elementos usados en anteriores ocasiones, siempre cuenta con una concepción nueva y novedosa dependiente de la creatividad de su autor o autores y conservando la esencia misma de la arquitectura efímera en su fugacidad y autoconsumación.

Monumento de la Labradora

Artículo publicado en el libro-guía de Semana Santa 2014, pp. 17-19.

Fotografías de Mari Carmen Fdez.-Caballero Martín-Buitrago

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Publicado por

Claro Manuel Fernández-Caballero Martín-Buitrago

Historiador, docente, articulista, conferenciante y guía turístico. Licenciado en Historia del Arte. Trabajo en el Ayuntamiento de Herencia y formo parte de su Universidad Popular como coordinador del grupo de investigación de Historia Local. Gran apasionado de la historia local, he escrito numerosos artículos sobre el tema en diferentes revistas y periódicos tanto locales como comarcales y regionales, y soy coautor de varias publicaciones sobre historia y patrimonio.

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