Hoy ha terminado una nueva edición de la Escuela de Verano Municipal. Durante el mes de agosto han participado alrededor de 150 chicos y chicas de entre 9 y 14 años que han aprendido a crecer jugando, han adquirido valores de cooperación, convivencia, respeto y solidaridad, han practicado deportes y han vivido mil y una aventuras.

Este año, además, con motivo del 775 aniversario de la Carta Puebla de Herencia, han tenido diferentes actividades relacionadas con la historia y el patrimonio de nuestro municipio. Entre ellas, todos los participantes visitaron durante la mañana del lunes 18 y el martes 19, la exposición «Origen. Del Paleolítico a la Carta Puebla» que hasta el próximo domingo 24 de agosto puede verse en la sala de exposiciones «Agustín Úbeda».
Juan Francisco Prado y un servidor, Claro Manuel Fdez.-Caballero, fuimos los encargados de realizar el recorrido por los orígenes de nuestra historia. El patrimonio histórico-artístico es algo que tiene que ser conocido por todos nosotros y que ha de llegar a todos los colectivos, sobre todo a los más jóvenes, ya que esta es la única manera que tenemos de empezar a valorarlo y, con ello, de cuidarlo, defenderlo y conservarlo como parte de nuestra identidad. He de decir que fue una experiencia muy gratificante, sobre todo al ver la gran participación de los chicos que visitaron la exposición. Con sus preguntas demostraron un gran interés por lo allí expuesto y nuestras explicaciones. Decir también que al participar chicos de varias nacionalidades (española, marroquí, ucraniana, saharaui, etc.) las visitas fueron mucho más enriquecedoras. Todo el mundo aportó interesantes datos de sus respectivas sociedades demostrando, una vez más, que la diversidad es riqueza.
A todos ellos darles las gracias por su participación en esta exposición y, por supuesto también, a los coordinadores y monitores de la Escuela de Verano que decidieron apostar por una actividad de este tipo.

Como curiosidad decir que el lunes 18 de agosto, día en el que comenzaron a visitar la exposición, se celebraba la onomástica de santa Elena, patrona de los arqueólogos.