
El P. Miguel Ángel Aguado, encargado de la sección de hemeroteca de la revista La Merced-Caminos de Liberación dirigida por el P. Mario Alonso Aguado, en su número 171 correspondiente a los meses de enero y febrero de 2015, ha publicado, con motivo de los 200 años del restablecimiento de la Venerable Orden Tercera de la Merced en Herencia (Ciudad Real), un breve recorrido histórico de la misma extraído del artículo escrito por el P. Agapito Fernández en la revista La Merced 10, (1928) pp. 419-422. Dice así:
Bien merece la Cofradía de Herencia, una de las mas fervorosas de la Orden, que nos ocupemos de ella. Fundose en el convento de Padres Mercedarios Descalzos el día 1º de enero del año 1724, siendo Comendador el P. Manuel de la Concepción. En el documento de fundación figuran, además del P. Comendador anteriormente dicho, cuatro religiosos, dos sacerdotes seculares, el alcalde por el Estado general, un abogado de los Reales Consejos y dos escribanos y capitulares de la Villa. Y «todos juntos de mancomún dispusieron una Hermandad de hombres y mujeres dedicada a honra y gloria de Nuestra Señora Madre de Mercedes, a quien erigimos como nuestra Patrona y abogada.»
Por ello puede ya verse cuanta fuese entonces la devoción que los herencianos profesaban a la Reina de los cielos bajo el título de la Merced, cuando las autoridades seglares se interesaban tanto por darla culto, honrándola de este modo y adoptándola como Patrona y especial abogada. Y esto mismo se ve después en tiempos de la guerra de la Independencia y exclaustración de los religiosos de España; siempre el pueblo fue el llamado a restablecerla. […] En diciembre de 1835 fueron extinguidas en España las Órdenes religiosas, y con tal motivo también la Hermandad, que últimamente ya celebraba sus cultos en la iglesia de la Merced. Despojáronla de lo mejor que entonces tenía, cual fueron: seis grandes candeleros plateados que tenía Nuestra Señora Madre; unas andas doradas de la misma; una colgadura de damasco encarnado y un terno de terciopelo; otro de raso blanco y encarnado con escudos de la Orden. A 6 de igual mes y año reuniéronse en la Sacristía del convento los señores Capellanes y Consiliarios para tratar del sostén y conservación de la Hermandad y procurar el culto y honor de la Señora Madre. […]
Con fecha 1º de julio de 1847 fueron admitidos como Archicofrades de la establecida en la iglesia de la Purísima Concepción de religiosas Mercedarias de Don Juan de Alarcón, en Madrid, pasando a gozar de inmenso tesoro de gracias y privilegios de que goza dicha Archicofradía.
A primeros de enero del año 1853 solicitó (a) la Junta General del Arzobispo de Toledo la aprobación de las constituciones y ordenanzas de la Hermandad y el que fuese honrada con el título de «Archicofradía». Su Eminencia tuvo a bien confirmar y aprobar las constituciones, acuerdos y ordenanzas, «excepto en el título de Archicofradía con que queréis ser honrados, sin prejuicio de las gracias y privilegios que competen a la misma como incorporada a la erigida en Don Juan de Alarcón». Igual autorización recibió del Señor Gobernador de Ciudad Real.
Dirigieron una instancia a la Asamblea de la Orden Militar de San Juan de Jerusalén. La contestación la recibió el Prior de Herencia a 22 de enero de 1853. […]
Se le devolvieron las colgaduras y ornamentos de iglesia, y se le concedió a la Cofradía un Rector que velase con ella y su templo. Lo fue durante varios años el incansable P. Adolfo Bárcena, de extraordinario talento […].
A primeros de Enero de 1897, aparece la Cofradía con el nombre «Venerable Orden Tercera de la Merced», figurando como pre- sidente el P. Bárcena, hasta el 19 de febrero de 1899, que lo es el P. Agustín Salcedo, Mercedario Calzado […]. Estuvo en calidad de tal hasta el 20 de febrero de 1900, en que el Ilmo. Sr. Obispo Prior dio su permiso para abrir en esta villa una residencia de Padres Mercedarios, entregando la iglesia de la Merced y las dependencias. Confirmada en debida forma por el Padre General, la Tercera Orden de Herencia cuenta hoy con unos 2.400 hermanos y observa la regla y constituciones aprobadas.
Fr. Agapito Fernández