
El jueves 2 de junio dieron comienzo en el patio del ayuntamiento, antiguo claustro de la Merced, las II Jornadas de Historia de Herencia (Ciudad Real). A continuación puede verse el vídeo del acto institucional de inauguración de las mismas, así como leerse las palabras de Félix Patiño, representante del IES Hermógenes Rodríguez en el acto.
Palabras de Félix Patiño.
Buenas tardes
Hoy, como hace dos años, nos encontramos en el mismo espacio los representantes de tres instituciones:
- El Ayuntamiento – Sergio García-Navas.
- La Universidad – Esther Almarcha.
- El Instituto – con un servidor.
Representamos a tres instituciones que se han comprometido con un trabajo único que es el conocimiento de la historia propia, de nuestro pasado, de las vivencias, las consecuciones y los fracasos de aquellos que ya no están en este entorno.
Felicito al Señor Alcalde y al Ayuntamiento que preside por el mantenimiento de esta iniciativa de las Jornadas de Historia de Herencia, por asumir su organización, su financiación y su difusión.
Como representante del Instituto y miembro de su Departamento de Historia, quiero recordar la disposición de éste para apoyar, colaborar y trabajar en el desarrollo de las Jornadas e Historia de Herencia y en aquéllas actividades de carácter cultural, educativo, solidario o social que sean necesarias. Entendemos que el Instituto tiene que ser un agente primordial para la mejora del entorno, sus actividades educativas han de trascender de las aulas e influir en la mejora de su sociedad .Una parte de ese compromiso es mi presencia en este acto.
Estamos comenzando una serie de tardes de jueves en las que hablaremos de la inclusión de Herencia en los mejores círculos culturales del siglo XVIII, de sus fortificaciones en tiempos revueltos, de la vida cotidiana en las casas de labor, de un prócer de la localidad poco conocido, de la estructura de la propiedad de la tierra en el siglo XVIII y de la dura emigración de los herencianos en épocas no muy lejanas.
Son detalles sueltos, chispazos y salpicaduras de agua del río del tiempo que hemos sido capaces de rescatar gracias al trabajo, siempre paciente, de estos investigadores que nos prometen unas tardes de jueves muy interesantes.
La historia es la ciencia que nos muestra el pasado a través de los muchos o pocos restos que de él nos quedan. Sirve, como la vida misma, para que no caigamos en los mismos errores y sepamos valorar los éxitos. Sé que es difícil en una sociedad pacata como la humana, incapaz de entender algo más allá de lo inmediato. Pero queda al menos el disfrute de conocer cómo se vivía en estos lares hace años. Saciar la curiosidad y disfrutar con el mero conocimiento. Fábula con los datos que nos van a contar.
Los hombres y mujeres que vivían en otras épocas y en el mismo espacio también disfrutaban de la ferie de septiembre, se alegraban de recibir el pago de su sueldo cada seis meses, sufrían con enfermedades y les atendían médicos con más maña que ciencia, mal pagados por sus ayuntamientos; les dolía la visita de la muere y se despedían de sus seres queridos entre rezos, lágrimas y familiares. Utilizaban los molinos cercanos para transformar una parte de su cosecha en harina blanca que prometía un invierno sin hambres; miraban con recelo a los representantes del rey que visitaban de cuando en cuando el ayuntamiento para pedir «contribuciones»; disfrutaban de las mañanas del domingo oliendo a ropa recién lavada. Las procesiones, aunque más humildes, los emocionaban como ahora; sufrían la angustia de la ausencia prolongada de las lluvias, mientras miraban de reojo la tercia y a su administrador…
Hombres y mujeres que ya no pueden hablar pero su voz ha quedado atrapada entre los muros de las casas antiguas, en los documentos administrativos que escribieron parsimoniosos escribanos, en cartas de amor, en las de familiares en la mili, en los viejos arados, en las trillas, en las azadas…
Es el investigador quien tiene los sentidos desarrollados para escuchar estas voces y traducirlas en unos relatos que vamos a escuchar en breve.
Esta es la historia próxima de personas normales, es la resurrección parcial de unas vidas gracias a las fuentes que la ciencia de la Historia es capaz de reconstruir.
Ahora nos toca atender, informarnos y disfrutar con los trabajos de los historiadores que vienen a continuación.