CALLE DE LOS CALEROS

Una de las señas de identidad de Herencia, hasta hace pocos años, ha sido la blancura de sus calles y plazas. Fachadas, patios y paredes eran jalbegadas con cal debido a sus múltiples propiedades y cualidades que hacían fuera usada como material de construcción, pero también como pintura y ornamentación de las viviendas.
Como señala Recesvinto Casero en su artículo sobre los caleros, la cal se utilizaba para casi todo. El adecentamiento y revocado de las paredes y conservación de los corrales, pajares, cuadras e incluso habitaciones principales de las viviendas, pero también como producto de limpieza debido a sus propiedades estilizadotas y fungicidas (destruyendo hongos, bacterias y organismos vivos), así por ejemplo cuando se producía algún fallecimiento en la casa, era ineludible enjalbegar con el fin de higienizar la dependencia donde habría sucedido dicho episodio.
Los caleros eran los encargados de proporcionar y abastecer de este material a toda la población, pero previamente antes tenían que elaborar el producto en las caleras, las cuales, permítasenos la comparación, podrían ser consideradas como los primeros “hornos industriales” de Herencia.
Las caleras de dos o tres metros de alto eran auténticos hornos de combustión realizados a partir de piedras superpuestas. En la parte baja tenían una puerta por dónde el día que se encendían eran alimentadas con abundante leña, pues las caleras debía estar en combustión constante durante 12 o 18 horas dependiendo del tamaño de la misma y de la cal que se quisiera extraer. Previamente los caleros había llenado toda la calera de piedras calizas de tal forma que la combustión a la cual la iban a someter les afectara a todas las piedras por igual con el fin de obtener la cal.
El trabajo era arduo y constante primero en la búsqueda, recogida y extracción de la piedra caliza, después en la preparación de las caleras y por último en su alimentación para mantener constante el fuego durante el proceso de quema de las piedras calizas, a todo lo cual habría que añadirle un último esfuerzo el del traslado hasta la localidad, ya que el principal foco de caleras de Herencia se encontraba en el paraje conocido como “Las Bachilleras”, un conjunto de especial interés tanto por el tamaño y la cantidad de caleras que todavía hoy se conservan, como por su antigüedad superior a 130 años.
Así, aunque no era extraño que algunas casas tuvieran sus propias caleras hasta Herencia venían gentes de los pueblos vecinos (Villarta de San Juan, Villafranca de los Caballeros, Camuñas, etc.) para adquirir la cal tan importante en el desarrollo de la sociedad del siglo pasado.
Por todo ello, y por la importancia que tuvieron estos “hornos-caleras” desde el Taller de Historia Local se consideró digno de recuerdo el trabajo y la profesión de una gente que dedicaron toda su vida a la obtención de un producto tan importante y crucial en el desarrollo de nuestra sociedad.
Claro Manuel Fdez.-Caballero Martín-Buitrago